pues, escribo-edito-suprimo-escribo-edito-edito-suprimo-escribo-suprimo-escribo-edito y vuelto a Suprimir, casi todo lo que escribí.
Entonces, entiendo el porque de mi preferencia hacia aquellos "diarios íntimos" de papel fino o grueso, blanco o a colores, en los cuales falla todo intento cómodo a borrar, se puede si se quiere tachar o usar algún corrector, pero si lo que se busca es escribir "tranquilamente", no por querer dejar constancia de meros pensamientos, si no, para evitar el constante fuera de foco que dice Deshace o borrador
y la presión puesta en la pluma... y esa presión? aquí queda olvidada.
hasta luego me digo. hasta luego pantalla.
Ese, seria un pensamiento típico de una mujer atípica.
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